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Cuadernos de Lavapiés

Mis menos sentidas condolencias, señores de X

Bush acaba de aparecer en conferencia de prensa para poner un parche a la opinión púbica estadounidense. Ésta, que muy de vez en cuando pone otros asuntos por delante del crematístico, anda un tanto escandalizada porque las cartas de condolencia a los familiares de sus militares muertos vienen firmadas a máquina. Una cosa es que la carta en sí sea una plantilla normalizada (que tampoco están las cosas como para redactar una esquela empática por cada marine desventrado por la metralla) pero muy otra es que ni la firma sea real, sino que venga impresa al por mayor, gracias sin duda a Adobe Photoshop. Por ahí no quieren pasar los americanos, que, muy al revés del estereotipo que de sí mismos tienen, prestan una enorme importancia a las formas y maneras, por muy huecas que éstas estén.

Así, el delfín tejano se ha plantado delante de los medios de comunicación, con su inglés ofensivo y su lógica de primero de BUP, y ha dicho un par de preciosidades. Entre ellas, la enésima enunciación de su principio universal de gobierno: "la libertad es un valor universal; las sociedades libres no luchan contra otras en guerras injustas; el mundo es hoy un sitio mejor, gracias a la invasión de Iraq, y la libertad es lo que nosotros digamos, pues para ello tenemos monopolio esclusivo sobre ella". Todo ello aliñado por la cansina verdad absoluta de que "América no descansará hasta que la bandera de la libertad ondee por el mundo entero". "

A los catorce años, y con poco que uno haya leído, pensado u oído comentar a los mayores, suelen tenerse similares certezas y revelaciones. Lo bueno es que, hoy en día, pocas sociedades están regidas por adolescentes hormonados y con el pavo aún sin sacudir. Otro gallo les cantó a los europeos de hace 500 años, quienes en muchas ocasiones fueron regidos por monarcas lampiños o emperatrices escasamente púberes. Por desgracia para el presente, el líder del mundo parece no haber abandonado esa edad en la que el universo entero se derretía como cera al calor de nuestras adolescentes certezas irrompibles. Por desgracia para los iraquíes, Bush está convencido de que lo que él y unos cuantos millones de occidentales adinerados y con automóvil llaman libertad es la única versión posible que de tal concepto puede y debe tenerse. Además, tanto el líder como quienes lo apoyan están preparados para dejar que mueran unos cuantos siempre y cuando las cartas de condolencia vengan firmadas de puño y letra.

A continuación de esta noticia, la BBC informa que se ha decidido sortear mediante lotería qué lista electoral iraquí aparecerá primero en las papeletas en las próximas elecciones. Al parecer, y tras demasiadas controversias al respecto, se ha optado por el sistema del sorteo, supuesto legal que no sé si está incluido con el "Freedom Pack" que vinieron a ofrecer (de puerta en puerta) los marines, pero que se aplicará de todas formas. Supongo que la libertad, tal y como la definen quienes pretenden imponerla por la fuerza, debe saber adaptarse en esto de las formas, ya que no en lo esencial.

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