Canicas
En los últimos días han aparecido dos noticias relacionadas con las canicas. Y no, ninguna de ellas hablaba de la nueva afición de Bush por tan antiguo juego, sino de un suceso acaecido en Palestina, en el que varios muchachos murieron por culpa de un obús israelita, que les pilló jugando con sus canicas. La noticia ha dado la vuelta al mundo, incluso algunos han negado su autenticidad, alegando que se trataba de hombres, no niños, y que no jugaban a las bolas, sino que estaban preparando atentados.
Según las arqueólogas bolivianas Reina Cedillo Vargas y Carmen Lechuga García, el de las canicas es un juego casi tan antiguo como la propia necesidad de divertirse(leer artículo en Esmas). La palabra canica, según el diccionario, llegó al castellano del neerlandés, por la vía de un francés dialectal que dejó su huella en el catalán caniques. En origen, se trata de una palabra germánica, relacionada con el verbo knikken (=romper o aplastar), a su vez relacionada con el inglés to knock, primera parte del universal knock out o K.O., que es como quedaron los chavales palestinos, estuvieran o no jugando al gua.
En inglés moderno, a las canicas se les llama marbles, que también es mármol, porque a finales del siglo XVII empezaron a importarse unas de este material, importadas de Alemania. ver fuente Hoy, en inglés se dice que alguien "pierde sus canicas" (to lose one's marbles), cuando en español diríamos que chochea, algo que quizá tenga que ver con la calidad de símbolo de la infancia que llegó a adquirir este juego, cuando se decía de alguien que había llegado a la mocedad porque "había dejado de jugar a las canicas".
La otra noticia relacionada con estas bolas de cristal sin vocación de adivinas mostraba ayer a un bombero español en Sri Lanka, enseñando a un grupo de niños supervivientes del tsunami a jugar, tirando bolitas a un hoyo practicado en la arena de la devastación. Los chavales parecían encantados, mucho más de lo que pueden haberlo estado los miles de niños españoles ante sus nuevas playstations. Sin embargo, es muy posible que también para estos niños, como para los de Palestina, haya llegado la hora de dejar de jugar, demasiado pronto. No siempre hay un culpable de lo que no es justo. A veces, el juego termina trágicamente porque algunos han "perdido sus canicas" y la pagan con el más débil. Otras, sencillamente, la Tierra impone su ley y, como es una bola, acaba haciendo que todo parezca un juego imposible de ganar.
Según las arqueólogas bolivianas Reina Cedillo Vargas y Carmen Lechuga García, el de las canicas es un juego casi tan antiguo como la propia necesidad de divertirse(leer artículo en Esmas). La palabra canica, según el diccionario, llegó al castellano del neerlandés, por la vía de un francés dialectal que dejó su huella en el catalán caniques. En origen, se trata de una palabra germánica, relacionada con el verbo knikken (=romper o aplastar), a su vez relacionada con el inglés to knock, primera parte del universal knock out o K.O., que es como quedaron los chavales palestinos, estuvieran o no jugando al gua.
En inglés moderno, a las canicas se les llama marbles, que también es mármol, porque a finales del siglo XVII empezaron a importarse unas de este material, importadas de Alemania. ver fuente Hoy, en inglés se dice que alguien "pierde sus canicas" (to lose one's marbles), cuando en español diríamos que chochea, algo que quizá tenga que ver con la calidad de símbolo de la infancia que llegó a adquirir este juego, cuando se decía de alguien que había llegado a la mocedad porque "había dejado de jugar a las canicas".
La otra noticia relacionada con estas bolas de cristal sin vocación de adivinas mostraba ayer a un bombero español en Sri Lanka, enseñando a un grupo de niños supervivientes del tsunami a jugar, tirando bolitas a un hoyo practicado en la arena de la devastación. Los chavales parecían encantados, mucho más de lo que pueden haberlo estado los miles de niños españoles ante sus nuevas playstations. Sin embargo, es muy posible que también para estos niños, como para los de Palestina, haya llegado la hora de dejar de jugar, demasiado pronto. No siempre hay un culpable de lo que no es justo. A veces, el juego termina trágicamente porque algunos han "perdido sus canicas" y la pagan con el más débil. Otras, sencillamente, la Tierra impone su ley y, como es una bola, acaba haciendo que todo parezca un juego imposible de ganar.
2 comentarios
Carmen Lechuga -
LECHUGA NO SON BOLIVIANAS. ELLAS SON MEXICANAS. GRACIAS
Jenna Vaquero -