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Cuadernos de Lavapiés

El olivo de Fuencarral

Hay un olivo en la calle Fuencarral, aislado como un ramo de novia plantada, rodeado por lajas de mármol barato cubiertas de graffitti. Se trata de un ensanche, de una verruga que le salió a la linealidad de una calle que tenía prisa. Tenía prisa por llegar a Tribunal (¿dónde queda tu oficina para irte a buscar?), cuando el celo cirujano municipal le abrió a Fuencarral un absceso, en el que ahora habita mi olivo.

Cubrieron las paredes de la herida con lápidas de piedra sucia, fría y destinada a la vejez prematura. Las pintadas en las paredes le hacen el eco a unos suelos cubiertos de mierdas de perro. Todos los perros de Chueca vienen a la verruga de Fuencarral.

Hay bancos sórdidos de madera transplantada, cierres metálicos eternamente cerrados, y una fila de árboles de fósforo, incapaces de solemnidad. De noche, las farolas dan una luz de garito que perpetúa la vergonzosa suciedad del falso, pretencioso, mármol mancillado.

Pero en medio de todo, grandioso en su chaparra campechanía, gris y plata y verde, queda el olivo de Fuencarral. Cada vez que paso a su lado, me hace pensar en aquellos olivos jóvenes y frondosos de jueves santo que desfilaban sobre la peana de un paso en la tierra de mi niñez. Y cuando el otoño ha dejado de ser un respiro para convertirse en amenaza de amargores, el olivo de Fuencarral da sus aceitunas, acebuchadas de humo de autobús, asilvestradas de aerosoles graffiteros.

El olivo de Fuencarral es un árbol que merece la pena

1 comentario

Al -

Vaya. He aterrizado aquí porque no tengo ni idea de botánica y buscaba cuál era la especie de los arbolillos que recorren Fuencarral. Me ha gustado tu post, porque soy madrileño, conozco Fuencarral y adoro esa maldita calle chillona, llena de grafitis y de neones, con su olivo frente a la ermita diminuta que hay que otear a través de un enrejado.
Pero sigo sin saber la especie de los churros arbóreos. Árboles de fósforo. Es bonito. Pero no es la especie. (Es que yo también escribo, y me documento como un cabrón, y quiero la especie para evitar una rebuznancia, ya sabes...)
Desde el faro,

Al.