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Cuadernos de Lavapiés

Lenguaje universal

El estudiante lleva en Madrid un año y medio, estudiando business, sin haber aprendido ni una sola palabra de español. Ahora ha decidido matricularse en un curso, pero se muestra no incapaz de aprender, sino de tomárselo con un mínimo de seriedad y dedicación.

Me pregunto y le pregunto cómo se las ha arreglado hasta ahora para relacionarse, y me responde que todas sus amistades, sean de donde sean, hablan inglés. Intento averiguar cómo hace para moverse por la ciudad con un nivel cero de comprensión, y menos quince de interés por averiguar qué pone en ese cartel del metro, y me responde que va a los sitios en taxi. Le pregunto dónde vive desde hace un año, aunque lo pone en su ficha, y no sabe contestar, incapaz de pronunciar el nombre de un aristócrata decimonónico al que acabaron por dar calle en la capital del reino. ¿Cómo indicas al taxista a dónde quieres ir? pregunto, y me cuenta que le enseña un papelito.

Intento, por fin, entrarle por el bolsillo, y le digo que tiene que prestar atención, y aprender al menos los números, entre otras cosas para evitar que le estafen por ahí, y que le cobren cincuenta por lo que debió ser quince. Me mira, pondera mis palabras, y me responde con un sonrisa genuina y confiada que no le preocupa lo más mínimo. "Mucho confías en la honestidad del español", le digo, desafiante en mi suficiencia. "No me importa", me contesta, sonriendo de nuevo con cara de inocencia y candidez; "yo les doy la Visa, ellos me traen el recibo, firmo entre las líneas y ya está", me dice, sabio y ajeno, mucho más alto que yo, mucho más etéreo, y a la vez, como los elfos de Tolkien, mucho más real de lo que podré serlo yo nunca.

2 comentarios

corsaria -

Pues anda que... tiene suerte que aceptan visa en casi todos lados. xD

Baobab -

Puedes proponerlo para un anuncio de visa. Cuánto yuppie.