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Cuadernos de Lavapiés

Huntington y la lengua de las chachas

En febrero de 2003, la revista “Vanity Fair” publicó, en una sección de consultorio, algo que supo a insulto a muchos hispano-hablantes de EEUU, entre los que entonces me encontraba. Un lector pedía consejo por carta sobre qué idioma escoger como asignatura preferente de estudio. El responsable de la columna aconsejó a su lector que desechara la opción del español, proponiendo en su lugar el francés o el alemán. “La única utilidad de estudiar español” decía el consejero, “sería la de poder dar órdenes a la chacha en su propia lengua”, mientras que, con las otras dos sugeridas, se abrían posibilidades de conocer de primera mano culturas de verdadero prestigio.

Por supuesto que hubo escándalo, protesta y circulares de correo convocando a la queja colectiva. Pero por supuesto que todo quedó en pecado de lesa political correctness. Una actitud semejante frente a la cultura hispana parecen destilar las palabras del Prof. Samuel P. Huntington, en la entrevista concedida a El País y publicada en el suplemento del día 20 de junio de 2004. Afirma Huntington en su libro “¿Quiénes somos?: los desafíos de la identidad nacional estadounidense” que los hispanos de EEUU deben asimilarse, tal como hicieran en su momento polacos, irlandeses o italianos, y apunta al alto nivel de fracaso escolar entre los latinos como factor negativo en el proceso de integración. Lo que parece obviar el análisis de Huntington es que los niveles de fracaso escolar van parejos a los de renta familiar, y que un gran número de los hispanos de EEUU son mano de obra mal pagada, en un país donde la educación pública deja muchísimo que desear.

En cualquier caso, resulta decepcionante leer que el señor Huntington reconoce no manejar el castellano, y no leer ninguno de los 344 periódicos en español que se publican en su país. Mientras tanto, sus libros se traducen a nuestra lengua, y su persona alcanza una celebridad inconcebible entre los hijos de las chachas y lavaplatos que no han fracasado en la escuela, a pesar de todo. Y es que, detrás de la aparentemente perentoria necesidad de los hispanos por asimilarse a los valores anglosajones, y debajo del miedo de la sociedad americana hacia la multi-culturalidad que se les está colando de rondón, residen el desconocimiento y la infravaloración del español y lo hispano, percibidos como productos de sociedades supuestamente atrasadas y sin mucho que aportar a la cultura occidental.

Cuando el contacto lingüístico y/o cultural tiene lugar, la hegemonía o la supervivencia van de la mano del prestigio. Si los estamentos político e intelectual estadounidenses se permiten permanecer ajenos a los fenómenos culturales de la/s hispanidad/es, el prestigio del español seguirá siendo inferior al de otras lenguas, y la sociedad norteamericana seguirá percibiendo la “invasión desde el sur” como un peligro, en lugar de una oportunidad de enriquecer su cultura. Los muchachos y muchachas de origen hispano de las escuelas del país tienen que esforzarse por mejorar su nivel educativo, pero también la sociedad anglosajona está ante la necesidad de aprender que el idioma hablado por tantos millones de “subalternos” ha sido y es vehículo de culturas sin las que no se puede concebir la historia de nuestra especie.

4 comentarios

Fredo -

Hay casos como en Cataluña, donde hay 2 asociaciones que pretenden que no sea necesario aprender catalán, y que intentan crear división con escuelas catalanhablantes y castellanohablantes. Aunque el 80% de la población está a favor de la actual ley lingüística, y estas 2 asociaciones (dirigidas por la misma persona, un profesor violento que fue suspendido de empleo por agredir a una profesora delante de sus alumnos) solo reciben el apoyo de centenares de personas.
Con esto quiero decir que la mayoría de inmigrantes son respetuosos con los países de acogida, y que el discurso de Huntington es demasiado apocalíptico, rozando la xenofobia. Es labor de los hispanos integrarnos en los países de acogida, y no aprovecharse de los afectos de la globalización para expandir nuestro idioma, lo que podría causar graves conflictos.

LULA -

El discurso de Huntington, no es más xenófobo que el que se utiliza en España para negar la cooficialidad del tamazight en Melilla, idioma que hablan la mitad de melillenses, que son tratados como extranjeros en una tierra que durante 10.000 años ha oído hablar su idioma, muchísimo antes de que la conquistaran los peninsulares.

Por no hablar de cómo tratamos a los musulmanes en la península, algunos al igual que Huntington, se atreven ha decir que quieren reconquistar A-landalus.

Habría que ver que diríamos si tuviéramos el flujo de inmigración que tienen los estados unidos pero con musulmanes.

Los partidos de ultra derecha se frotarían las manos al ver como su discurso racista les hace aumentar votos espectacularmente.

Hay quien ve la paja en el ojo ajeno, y no ve la viga en el propio. ¿No creéis?

Baobab -

Me gusta la nueva imagen del blog. Es una pena que escribas poco, pero no estás escribiendo para nadie, así que haz lo que quieras. Te sigo.

pepeltenso -

qué simpático el imbécil ése ¿no?